La fabricación aditiva
El creciente desarrollo de técnicas en el sector de la soldadura supone la introducción constante de nuevas metodologías capaces de abordar procesos de forma más eficiente. En este sentido, la fabricación aditiva implica una suerte de revolución: aunque es todavía una tecnología relativamente joven, puede introducir un nuevo paradigma en el modo en el que se afronta la construcción y ensamblaje de piezas.
A través de una cabeza de impresión 3D móvil, la fabricación aditiva consiste, precisamente, en la “adición” secuencial de capas de material que, así, van conformando el producto final. Este proceso, fuertemente vinculado con la robotización y uso de sistemas de automatización, permite integrar, además, todas las posibilidades de un diseño digital que replique, con gran calidad y eficacia, el modelo previsto.
¿Cuál es la gran diferencia respecto a técnicas tradicionales? Si bien en las metodologías más clásicas se parte de piezas grandes que se trabajan de forma específica para obtener una forma concreta, en la fabricación aditiva, la construcción se realiza capa a capa a partir de la base, ofreciendo una serie de ventajas que, tenidas en consideración, pueden ser de gran relevancia.
Ventajas de la fabricación aditiva
Solemos insistir en la importancia de atender a las necesidades específicas de cada proceso productivo, en tanto cada producto y material requiere una serie de consideraciones previas. En este sentido, la formación continua es siempre un valor irrenunciable.
En cualquier caso, podemos señalar una serie de ventajas generales del proceso de fabricación aditiva:
- Mayor libertad de diseño. La impresión móvil resulta más interesante para abordar el proceso de diseño y construcción de formas y estructuras más complejas. Esto, al mismo tiempo, favorece la capacidad para optimizar e incrementar la eficacia de los resultados finales en procesos de menor complejidad pero que, aún así, ofrecen ciertas dificultades estructurales.
- Optimización y control del desperdicio. Sin duda, otra de las grandes revoluciones de esta tecnología es su capacidad para optimizar el uso de materiales, lo que supone un interesante ahorro de coste y, especialmente, reduce en gran medida el desperdicio de los materiales. Teniendo en cuenta que el proceso se desarrolla capa a capa, el consumo y la generación de desechos está muy limitado al diseño específico inicial, lo que garantiza una mayor eficiencia del proceso productivo. Evidentemente, esto supone no solo una ventaja económica, sino un avance decisivo en el desarrollo de políticas de responsabilidad ambiental y sostenibilidad.
- Rentabilidad. La fabricación aditiva no solo reduce el desperdicio de materiales, sino que reduce de forma considerable el tiempo empleado en el proceso productivo y, además, favorece el desarrollo de piezas personalizadas y la creación de procesos de menor volumen con una significativa reducción del riesgo. Al mismo tiempo, simplifica en gran medida los procesos de reparación y mantenimiento, lo que supone una gran ventaja para industrias que afrontan con asiduidad este tipo de cuestiones.
En definitiva, la fabricación aditiva se encamina hacia un horizonte que parece incuestionable: la necesaria inclusión de procesos de trabajo automatizados y la integración del sector en una economía crecientemente digitalizada. Evidentemente, existen gran cantidad de cuestiones abiertas y riesgos inherentes a este proceso de transformación, pero lo que parece claro es que la rentabilidad y eficacia depende, en gran medida, de una atención constante a todos los desarrollos en innovaciones del sector. Adaptarse de forma ágil a todos estos cambios supondrá, sin duda, la gran ventaja competitiva a corto, medio y largo plazo.