¿Cómo soldar aluminio?
El aluminio es un tipo común de metal. Es liviano y agradable a la vista, lo que lo convierte en una opción ideal de material para una amplia variedad de soldaduras. Pero, como decíamos, no es tan fácil de soldar como parece. ¿Por qué? Básicamente porque es un material muy sensible que está aislado por una capa oxidada resistente. Además, cuando está en estado fundido, el aluminio es susceptible a las impurezas, que pueden conducir a soldaduras porosas y débiles.
Por otro lado, dado que el aluminio tiene una conductividad térmica más alta y un punto de fusión bajo, su trabajabilidad se reduce si la comparas con otros metales; y eso puede conducir fácilmente a quemaduras.
¿Cómo soldar aluminio?
Soldar aluminio requiere su propia técnica y equipo. Antes incluso de comenzar el proceso de soldadura, el soldador debe limpiar el aluminio a fondo. Como comentamos antes, el aluminio es propenso a las impurezas. Por lo tanto, preparar el material correctamente es clave.
Veamos qué pasos podríamos seguir para que todo salga bien:
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Usa acetona o una solución alcalina suave como un jabón fuerte para eliminar cualquier aceite, grasa y/o vapor de agua de la superficie del aluminio.
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Utiliza un cepillo de alambre de acero inoxidable (utilizado exclusivamente para aluminio) para eliminar los óxidos de la superficie.
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Un truco: ensambla la junta y cúbrela si no la vas a soldar de inmediato. Esto evitará que la suciedad o la arena la contaminen.
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Mantén siempre el aluminio seco y almacenado a temperatura ambiente.
Estos son solo algunos consejos prácticos que te recomendamos para soldar aluminio. Obviamente, es importante tener una formación en esta técnica porque, tal y como hemos comentado, es uno de los procesos más complejos de la soldadura.