Una historia de imaginación, anticipación y diversificación en la soldadura

En la década de 1980 se funda la empresa matriz del grupo Tesol, dedicada a proveer al sector naval español, en pleno proceso de transformaciones debido a la incipiente globalización y a la necesidad de dar un salto de competitivad para evitar su colapso. La historia de Tesol es la de una empresa que mantiene su prestigio porque invierte sus recursos humanos, técnicos y económicos en anticiparse a eso cambios que se producen en la industria metalúrgica. Cada vez que se producía un salto tecnológico en algún lugar del mundo, Tesol enviaba su personal técnico para conocer e importar ese conocimiento para venderlo a los industriales europeos. Y si a la industria le surgía un problema técnico no resuelto por las principales marcas de equipos, el centro de innovación del Grupo desarrollaba un equipo totalmente nuevo que multiplicaba la capacidad productiva y reducía los costes y la siniestralidad.
A medida que el sector naval cambiaba, la oferta de Tesol se expandía a nuevos productos y servicios. En los pasados años 90 volvió a adelantarse al futuro con la introducción en España de nuevos sistemas de soldeo como los hilos tubulares y el soporte cerámico, montado en las propias instalaciones de Tesol en la ciudad de Vigo.


Una vez consolidado el servicio integral para los astilleros y auxiliares, la Dirección de Tesol dio un nuevo salto al abrirse a nuevos sectores emergentes relacionados con la soldadura, desde el muy exigente campo de la automoción –para la que desarrolla robótica de soldadura- a la creciente industria de las energías renovables, con la eólica a la cabeza. Para este sector, por ejemplo, el departamento de I+D+i de Tesol ha desarrollado un autómata de soldadura exclusivo para operar en los grandes generadores, los molinos de viento.

Otro salto en el crecimiento del Grupo fue la fundación de Formavigo, la filial dedicada a la formación profesional de soldadores. Formavigo ‘exporta’ soldadores a varios países del mundo, que además de aprender los principios básicos de las técnicas de soldadura se forman en las nuevas tecnologías relacionadas con los automatismos y la robótica, hoy una pieza esencial para aumentar la productividad que exige el mercado global.

Uno de los momentos más representativos de la evolución del Grupo fue la presentación con éxito del primer autómata de soldadura para grandes astilleros, entregado en 2008 a la industria europea. El Autocompat Tes-8 abrió la puerta a nuevos modelos cada vez más avanzados y competitivos producidos por el equipo de investigación de Tesol, que ha entregado equipos específicos para los distintos sectores de la metalurgia y la soldadura. Los autómatas de Tesol, como el recientemente presentado Tes-11, son hoy el foco de atención en los salones especializados, en los que acaparan la atención de medios de comunicación y empresas de soldadura interesadas en sistemas automáticos cada vez más rápidos, eficientes y seguros.

En la actualidad, Tesol y sus filiales se encuentran en pleno proceso de expansión geográfica. Consolidada ya como empresa de servicios integrales relacionados con la soldadura, opera en varios países europeos a los que ofrece servicios de asesoría y de formación profesional, lo que pone de relieve la calidad del personal docente de nuestro centro de enseñanza y prácticas. En la misma línea, Tesol ha iniciado ya su desembarco en los nuevos mercados emergentes, entre ellos el brasileño, donde se ha generado una importante demanda tecnológica relacionada con la construcción de buques offshore.
